Desde que tengo memoria la comparación ha sido parte de mi vida, es algo muy común de hacer entre las personas e incluso aplica para diferentes cosas, lugares y situaciones; de cierta forma es la manera que encontramos para tener un punto de partida, considerando ese punto como una base buena o expectativa a alcanzar.

Estoy consciente que la comparación es un arma de doble filo, sobre todo en aquellos casos en los que sin ningún fin de mejora demeritamos el desempeño de una persona haciéndola ver pequeña con respecto a otras; debemos ser muy cuidadosos de no utilizar la comparación en un momento de enojo o decepción ya que en una circunstancia de este tipo nos cegamos a aceptar que todas las personas somos diferentes y que las virtudes o defectos en cada uno puede tener un sinfín de variantes. No debemos optar por hacernos de menos unos a otros ya que solo lograríamos desmotivarnos. Y en el plano personal, espero que si te llegas a comparar con alguien más sea porque en verdad esa persona logra darte ese impulso emocional que todos en algún momento necesitamos.

Ahora, sinceramente creo que la mejor comparación que te puedes llegar a hacer es con el espejo, ahí es cuando con arrojo nos atrevemos a vernos a nosotros mismos y nos retamos a mejorar, y mira que, si de jueces se trata, solemos ser bastante críticos con nosotros mismos. Debemos de entender que el tratar de ser mejores cada día es más importante que el tratar de ser mejor que el de a lado; ahí no te puedes engañar, sabes lo que quieres y necesitas, si no avanzas es porque no has hecho nada para que eso suceda.

Somos únicos, así que el crecimiento personal se vuelve indispensable. Eres tu propia brújula para encontrar el camino correcto, y por mucho que lo intentes, si lo que ves cuando te paras frente al espejo no te hace sentir orgulloso entonces tendrás la seguridad de que aún hay cosas por trabajar en ti mismo.

Si, párate con valentía frente al espejo, agradece por todo aquello que has alcanzado y proponte nuevas metas, conócete a ti mismo para que puedas definir que es aquello que realmente te hace feliz, crea en tu imaginación el retrato de la persona que te gustaría ser y de las cosas que te gustaría cambiar, todo es mejorable si así tú te lo propones.

Vuelve al espejo tu aliado, para que de su reflejo puedas sentirte satisfecho con la persona que estás construyendo.

Con Cariño

CpM

Leave A Comment