Es difícil avanzar en la vida si no somos capaces de poder responder con seguridad quienes somos, es la parte central que le dará certeza a cada una de las decisiones que tomemos y si sabemos definir esta parte entonces también podremos saber que queremos y hacia dónde deberemos caminar.
Claro que con el tiempo todos vamos aprendiendo cosas nuevas y eso nos permite ir mejorando y evolucionando, pero tu núcleo más básico, ese que nos recuerda siempre de dónde venimos, el que nos hace diferenciar lo bueno de lo malo, el que nos ayuda a priorizar entre todo aquello que tenemos o podemos llegar a tener, ese ya se fue formando y consolidando desde pequeños y es ahí donde realmente tenemos que escarbar para poder descubrirnos.
Es como tomarte la mejor selfie posible, pero de tu ser interior, con todo y sus virtudes y defectos, no debemos ser tan duros en esta parte ya que tendemos a ver más estos últimos que muchas de las cosas buenas que tenemos y aportamos todos los días. Pero así es, entre ambos se forma la composición de lo que somos y es lo que nos hace tan especiales, nadie tendrá la misma composición interna.
Esto último es algo que deberíamos aprender a valorar, y no para sentirse unos mejores que otros, simplemente porque a lo largo del tiempo nos han hecho creer que las diferencias separan, solemos buscar gente afín a nosotros y en el peor de los casos solemos hacer divisiones o rechazar a aquellos que son diferentes; en lo personal, creo que el ser distintos es lo que nos hace complementarios, es lo que debería unirnos para potencializar las virtudes de todos en un mismo fin. Tal vez si aprendemos a aceptarnos, respetarnos y complementarnos, muchos conflictos actuales no existirían.
Pero tenemos que empezar por nosotros mismos, si nos dedicamos tiempo a conocer y fortalecer esa parte de nosotros, muchas dudas se desvanecerían, nuestra fortaleza para poder decir NO a todo aquello en lo que nos estamos de acuerdo sería mayor, no sentiríamos esa necesidad de igualar o parecernos a los demás para ser aceptados, nos evitaríamos tantas decepciones y arrepentimientos que después andamos arrastrando y la parte más importante, jamás olvidarías de dónde vienes así que corres menos el riesgo de perder los pies del suelo cuando la vida te presente falsas oportunidades.
Aprender a reconocer que no somos perfectos, que no tenemos la verdad absoluta, que necesitamos del resto, que cometeremos errores y tendremos el deber moral de reconocerlos y si es necesario enmendarlos, te hará ver que tendrás la tarea continúa de trabajar en mejorar cada día para tu propio bien y el de todos los que te rodean.
Es así como conocer quienes somos nos hará mostrarnos al mundo tal cual somos y esa será nuestra mayor fortaleza, porque seremos auténticos y al finalizar el día podremos sentir la satisfacción de vivir nuestro propio camino y no el influenciado por nadie más.
Con Cariño
CpM