Hay días que si los comparáramos con la naturaleza serían un tipo tormenta torrencial, en los cuáles los eventos se tornan complicados y nos tenemos que enfrentar a difíciles circunstancias. Nos sentimos tristes, frustrados, enojados, decepcionados, preocupados por saber y entender que tenemos o podemos hacer para que termine todo aquello por lo que estamos pasando.
Que difícil es cuando nuestra mente se nubla y nuestro pensamiento no logra ser claro para pensar de manera fría, cuando por más que intentamos no encontramos una luz en el camino o dicha luz parece estar aún muy lejana.
Quisiéramos no desgastarnos en el proceso para tener la fuerza de seguir luchando, para no perder la esperanza y seguir creyendo en que todo volverá a estar bien, pasando por ese proceso de aprender a valorar todo lo que teníamos y que ahora pareciera estar en riesgo por eventos que no esperábamos.
Que valiosa es la mano amiga de aquel que te escucha, te apoya y te ayuda, porque es bien cierto que en las malas se conoce a los verdaderos amigos, esos que sin importar las circunstancias te hablarán con la verdad y no pondrán en juicio tu situación actual, esos que simplemente estarán ahí para ayudar a levantarte cuando tus fuerzas empiecen a flaquear.
Procesos difíciles que harán que saques lo mejor de ti, que te enfrentarán a aquello para lo que nunca imaginaste que estabas preparado, que te harán ver que eres mucho más fuerte de lo que tu mismo creías; Si, porque en tu interior hay tanto que no conoces de ti mismo y que llegas a conocer en las peores circunstancias, ese ser humano fuerte y valiente que está dispuesto a superar las adversidades y salir adelante.
Si te encuentras en circunstancias adversas no pierdas la Fe, todo tiene un cuando y un porque, sólo pide un pequeño respiro y llénate de la fuerza necesaria para seguir luchando, nada es eterno y sin haberlo imaginado pronto todo habrá pasado.
Autor
CpM